Ya se ha hablado muchísimo de cómo Persona 5 es un gran juego, el mejor RPG del año y una de las mejores obras que nos ha dado la generación. Y sí, en términos simples y claros, lo es. Ahora toca poner mi granito de arena y tratar de contribuir a la conversación y definir qué es lo que hace a Persona 5 una experiencia tan entrañable y disfrutable; y qué es aquello que la aleja de ser perfecta.
Con solo dos juegos –P3 y P4, aquellos dirigidos por el gran Katsura Hashino– la serie Persona se logró colar como una de mis favoritas y más queridas. Por la estructura de vida diaria y mundana que tienen los títulos se logra crear un lazo muy fuerte con la experiencia, con su historia y sus personajes.
Sonará trilladísimo y soso, pero P5 es de esas obras que mas que jugarse, se viven. La suma de todas las partes nos entrega un título que se saborea lentamente y que su disfrute está muy ligado a qué tanto nos involcramos emocionalmente con los personajes que viven esta aventura.
Esta vez toca turno de estar en los zapatos y trajes de cuero de los Phantom Thieves, un grupo de adolecentes marginados socialmente que busca hacer justicia castigando a la escoria de la sociedad para hacer de este mundo un lugar mejor. Unidos bajo el liderato del protagonista, quien fue acusado de un crímen que no cometió y llegó a Tokyo para alejarse del escándalo mientras cumple su condena de libertad condicional.
Parte simulador social, parte dungeon crawler. Esa es la primicia de la serie. P5 toma todo lo que trae detrás y lo mejora substancialmente. Ahora los dungeons principales no son generados al azar y son locaciones más parecidas a las de la serie principal: Shin Megami Tensei -con todo y acertijos por resolver, pero también nos encontramos con el dungeon crawaling azaroso tradicional de la serie en una mazmorra opcional llamada Mementos.
Lo social es un pilar importantísimo para definir a Persona como serie y el sistema de relaciones no podría faltar. En esta ocasión cada una de las personas con las que creamos lazos nos dan habiliades útiles que transforman y mejoran con creces el potencial ofensivo del grupo de ladrones.
Vemos cómo cada uno de nuestros compañero va creciendo a cada batalla, a cada día y a cada contacto social y emocional que tenemos con ellos. Ésta es parte de la magia de la serie. Cosechar esas relaciones, ver cómo aquellos que nos rodean van creciendo y afrontando sus problemas; superándolos. Al ser el soporte emocional de otros es como nos vamos descubriendo a nosotros mismos; nos reflejamos en los problemas y debilidades de los demás y crecemos junto a ellos cuando logran superarse.
Hace un rato hablé de cómo Persona explora la relaciones interpesonales y de cómo los títulos reflejan muy bien ese principio de ganar-ganar que entablamos en nuestras interacciones sociales: cada persona o grupo nos alimentan de manera diferente y sacian distintas necesidades sociales que podríamos tener. Nadie entabla una relación con alguien que no le deja absolutamente nada.
P5 da un paso hacia lo literal y convierte a los social links en confidants: hacemos un trato explícito con cada uno de los personajes en donde cada uno ganará algo de la relación. Me gusta más el acercamiento menos literal de los social links de P3 y P4, pero los confidants encajan perfecto dentro de la temática de ladrones y asociados que tiene P5.
Al sistema le hacen falta unas cuántas mejoras para la siguiente entrega -no ha cambiado realmente mucho en tres títulos, pero funciona. Funciona porque todo lo que tienen la obra alrededor está hecho con un cuidado y un mimo que transpira excelencia en diseño.
Pero no todo aquí es ser social, también hay que pelear. Pareciera que poco o nada se puede mejorar en el mundo del RPG por turnos, pero P5 logra crear uno de los sistemas más disfrutables del género. Los combates son jodidamente deliciosos y frenéticos.
Vale la pena que cada quién vaya descubriendo sus mecánicas y entresijos, así que solo puedo decir que si eres fan de la serie o del género esto te va a poner loquísimo y, si eres de aquellos que no toca ni con un palo esto de los RPG de monas chinas, el sistema de combate podría ser la introducción perfecta para que los ames. Y sí, sé que esto último pareciera que se dice de todo RPG AAA que sale al mercado últimamente, pero así están las cosas, los desarrolladores se han dedicado a que esto le entre a todos.
P5 se debe jugar en la dificultad más alta desde el principio. La dificultad normal deja de tener reto como por la mitad del juego, y tomando en cuenta que esto dura más de 100 horas, el andar paseando por la historia 50 de ellas no tiene nada de padrísimo.
¿La estética del juego? Creo que ya ha quedado claro que estamos ante una de las obras más bellas de la historia. Desde los menús hasta la interfaz de combate al título le sobra estilo. Al apartado gráfico le pesa que al fnal del día es un juego de PS3, pero su estilo y gran dirección de arte lo convierten en una obra atemporal.
-Shoji Meguro está a cargo del soundtrack y con eso ya sabes todo-
La obra no es perfecta y le duele un apartado que no esperaba: su historia. Aunque no es mala y trata de abordar temas rara vez vistos en un AAA como el acoso sexual, el suicidio y la apatía de las masas, su ejecución se queda bastante guanga y apenas y rasca la superficie de lo que nos quiere decir. Quiere abarcar tanto que al final dice muy poco.
Otro punto que me dejó tirando para el lado negativo es el tema del robo de corazón. La única manera en que los protagonistas de la historia saben arreglar los problemas es cambiando a los enemigos, lo que entra en el terreno de un lavado de cerebro donde nadie aprende nada porque su cambio de corazón ha sido artificial y no es sincero, el malote de turno amanece un día arrepentido y con ganas de confesar todos sus pecados. Nadie en el mundo, solo tú, sabe por qué ha pasado esto. ¿Realmente es justicia la que imparten los Phantom Thieves?
Esta disonancia entre lo que los personajes quieren logran y la manera en la que lo logran me dejó una ligera insatisfacción y hace que de cierta manera todo lo logrado y vivido tenga un peso mucho menor al que debería tener.
Este detalle argumental, sumado a otros puntos ya discutidos, le roban a P5 la perfección total. Aquella que sí alcanza por separado en otras de sus partes.
Al final, Katsura Hashino no se guardó mucho en el tintentro. El título rebosa contenido, mecánicas, subtramas y detalles, y no se puede negar todo el corazón impregnado en su desarrollo. Es un trabajo necesario para que el RPG y el juego japonés se mantenga en el foco del mercado. Es una aventura que, aunque no encontró la forma acertada de decirnos bien lo que trata de contar, deja una sensación cálida de querer acercarnos más a quienes nos rodean y las ganas de ser mejores personas.
Tal vez no sea el Persona definitivo o el mejor de la franquicia, pero Persona 5 es una obra preciosa que está en un nivel al que sus contemporáneos del género no se han acercado en muchísimos años.
Categorías:Reseñas
All-New PS Button 
Si bien creo que le faltó punch a la historia, siento que fue porque los villanos se volvieron más alejados. El primer caso es más impactante porque es un problema más cercano al protagonista e incluso ves una escena fuerte casi al inicio del juego por culpa del primer villano. Ya de los demás, te enteras de sus actos malignos por los medios o por otras personas lo que le resta muchísimo impacto.
Creo que el hecho de que los Phantom Thieves crean que el único modo de cambiar las cosas sea por medio de un cambio de corazón es porque las autoridades les han fallado para ayudarles. De hecho todos los confidants tienen historias similares, y de hecho eso se menciona muchas veces de por qué los demás sienten cierta simpatía por los Phantom Thieves.
Y el juego en si no siempre te dice que los métodos de ellos no son precisamente correctos, nos dan a Sae Nijima y a Goro Akechi como antagonistas lo que nos da un conflicto de Chaos vs Law bien sabroso que me recordó a la franquicia principal.
Para terminar, Hifumi Togo best girl.