Llega el primer ocio gráfico del año después de una semana loquísima en la que vimos una nueva presentación del Nintendo Switch. Reímos, lloramos, hicimos corajes y tuvimos una hora de puro videojuego y felicidad. Ya luego más fríos analizamos más a fondo el aparato nuevo, pero en general no hay nadie que guste de esto del videojuego y que no este hablando del Switch. En fin, salten y disfruten del arte de la semana.
Hablar de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain es difícil. Un juego del que supuestamente ya se ha hablado todo y que la crítica ha amado por sobre todas las cosas. Y no es que la crítica sea mentirosa -la base jugable del juego es grandiosa, pero simplemente The Phantom Pain está demasiado lejos de esa perfección que se está predicando. En sus mecánicas el título es muy bueno y hace que esas 60 horas invertidas en llegar al final hayan sido unas horas muy divertidas. Pero en lo que falla The Phantom Pain es todo aquello que, para mí, representaba ser un Metal Gear Solid y, sobre todo, ese vacío que te deja al sentirse tan incompleto.
Otro domingo, otra entrega de Ocio Gráfico. Para dar un respiro de tanto ocio temático, en esta ocasión tenemos uno tradicional. Así que salten que ni yo sé qué nos vamos a encontrar después del corte porque estoy escribiendo este parrafo primero y no he buscado aún ni una sola imagen. ¡A darle ÁTOMOS!
En el afán de jugar unos cuantos juegos de verdad en las últimas semanas le he dado a un grupo variado de títulos. Por una parte, por fin le di una oportunidad a Metal Gear Solid V: Ground Zeroes ya que me lo encontré nuevo a 100 pesos en físico, y pues solo puedo decir que qué bueno que lo compré a 100 pesos. De ahí, pasando a juegos todavía más verdaderos, he estado jugando el primer Fire Emblem de GBA -juegazo portátil, Hot Shots Golf: Out of Bounds de PS3 -ideal para esas horas muertas sin nada que hacer, y sigo mi interminable batalla por lograr ver esos créditos finales de Bloodborne.
En el mundo del videojuego hay una situación de la cual me he dado cuenta en los últimos años: la obra está muy por encima del autor. Al jugador promedio -la gran mayoría- nos importa muy poco aquel creativo que tiene detrás el juego en turno. Nos fijamos en series, marcas y compañías, pero rara vez tenemos presente al factor humano detrás del desarrollo del juego. Al menos que te llames Hideo Kojima, nadie te va a poner atención.
Ahora que está de moda esto de las filtraciones, nadie se salva. Ni siquiera Hideo Kojima, maestro espía y amante de la comida fina, ha logrado evadir al monstruo de la filtración. Le ha tocado y le ha tocado duro. Ni fecha de salida tiene su nuevo juego Silent Hills, que está desarrollando junto al señorón Guillermo del Toro, y ya se han filtrado detalles de cuatro DLC packs que llegarán los meses posteriores a su lanzamiento. Que sí, que qué mal tan grande representa el hecho de que apenas llevamos un trailer jugable y ya están viendo cómo sangrarnos la cartera antes de tiempo, pero es lo que hay.
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