Hola, qué tal, soy el botón de las poesías. Tu fiel admirador, y aunque no me conocías… hoy toca darle un repaso a lo que he jugado durante esta primera mitad del año y asentar calificación con ese valor numérico frío, arbitrario y totalmente subjetivo que representa qué tanto me ha gustado un título. Éntrenle que no son puñaladas, son reseñas.
Así las cosas: esto debió salir por ahí de la primer quincena del año, pero perdí acceso al blog y mi procrastinación hizo lo suyo -apenas recuperé el acceso la semana pasada. Soy un hombre fiel a mis ideas, y como deseaba plasmar y hacer bitácora de lo que jugué el año pasado decidí que mejor tarde que nunca, por lo que después del salto se encontrarán reseñas de un párrafo de todos los títulos que jugué por primera vez durante el 2017.
El torneo más famoso del medio regresa con un nuevo título que refina una vez más la jugabilidad, pero que se suma a la tendencia actual del género de entregar menos contenido que lanzamientos anteriores. Esto es Tekken 7.
El dilema del single player es que no debería haber dilema.
Para conmemorar el lanzamiento de Tekken 7 aplicaré modalidad compañía de videojuegos y les traigo un remastered de un viejo texto. Muy musical todo el asunto. Por allá del 2012, antes de que llegara a las tiendas TTT 2, lancé un Top 10 de mis temas favoritos de Tekken, así que como la nueva entrega ya llegó, toca ajustarlo. Por eso y porque luego sorprende cómo van cambiando los gustos de uno.
Ya se ha hablado muchísimo de cómo Persona 5 es un gran juego, el mejor RPG del año y una de las mejores obras que nos ha dado la generación. Y sí, en términos simples y claros, lo es. Ahora toca poner mi granito de arena y tratar de contribuir a la conversación y definir qué es lo que hace a Persona 5 una experiencia tan entrañable y disfrutable; y qué es aquello que la aleja de ser perfecta.
Como bien saben, en este hogar somos muy subjetivos. Cada una de nuestras opiniones y reseñas están ligadas muy fuerte a nuestras experiencias personales y a lo que cada quién vive con el control en la mano. Eso sí, todo lo que decimos es la pura verdad dentro del espectro de nuestra percepción. ¿Y saben qué? Déjenme decirles que la «objetividad» como tal, no existe en este medio.
Soy de esos que siempre buscan encontrarle un simbolismo, un significado o una enseñanza a todo producto de entretenimiento que se llevan a la boca. Películas, música y claro, no podrían fallar los videojuegos. Siempre me gusta ver más allá y tratar de sacarle un poco más de provecho a esas horas que paso frente al producto en turno. Así, en ocasiones me encuentro con obras que, aunque a simple vista parecen no tener gran profundidad, logran mediante sus mecánicas jugables representar algún aspecto de nuestra vida diaria. Haciéndonos ver esos pequeños detalles que a veces pasamos por alto pero que ahí están y que son muy importantes. Persona 3 y su sistema de Social Links me han entregado un poco de esto.
Para no perder la costumbre; para mantener la llama viva. Den el salto y encuentren un bananal de arte y ocio gráfico para su disfrute personal.
Otro fin de semana al que llegamos vivos. Bendito. Ya se acabó Dragon Ball Super y ya se ven las vacaciones a la vuelta de la esquina. Salten sin miedo que hay arte muy bonito, de ese que sé muy bien que les gusta.
La sección dominguera favorita del universo siete está de vuelta. Den el salto que hay material viejo para todos, sí, viejo, esto estaba como borrador desde el 22 de noviembre, así que la mayoría del contenido apesta a viejito empastilaldo. ¡A darle átomos!
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